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DISECCIONANDO A LOS CANDIDATOS PRESIDENCIALES

Análisis de las campañas de los principales candidatos presidenciales

Franco Germaná Inga

Publicado: 2016-03-10


Acusaciones, mandadas al carajo, publicherries groseramente evidentes, discursos, propuestas serias, propuestas no tan serias, diagnósticos de crisis inminente, aparición de salvadores… ¿te suena familiar? Acostúmbrate, llego la temporada de elecciones.

Son 18 los candidatos presidenciales que quieren tu voto este 2016 y para obtenerlo deben diseñar toda una estrategia de campaña cuya meta es convencerte a ti.

Desde mi punto de vista, si bien nunca se puede dar por muerto a un candidato hay algunos que tienen probabilidades cercanas a cero de ser elegidos presidentes y otros tienen ciertamente mucha tarea por hacer para mejorar sus probabilidades. Es por esto que he escrito este artículo, para contarte como veo uno por uno las campañas de los principales candidatos.

En primer lugar, Keiko a sabiendas de que en el 2011 tuvo un voto duro de alrededor de 20%, está jugando a subirlo, pasar a la segunda vuelta y mediante la reducción de su anti voto no convertirse en el “cuco” del cual los peruanos deben huir. Para esto, sigue una estrategia clara de “desfujimorización del fujimorismo” para ampliar su base de potenciales votantes. La lógica detrás de ello es clara, desea conservar los activos del gobierno de su padre (vencer el terrorismo y la hiperinflación), lo cual es ciertamente conveniente en tiempos de inseguridad ciudadana y desaceleración de la economía, y desechar los pasivos del mismo (corrupción, violación de Derechos Humanos, interrupción de la democracia).

Por el momento lo ha logrado, ya que en el 2011 tenía un anti voto de alrededor de 50% y a enero de este año su anti voto es del 34%. Dicha reducción ha sido posible a través de una serie de movidas extremadamente calculadas como: (1) aparentar defender los Derechos Humanos, al señalar que en balance la Comisión de la Verdad y Reconciliación fue positiva, manifestarse a favor de la unión civil para personas del mismo sexo, poner como vicepresidente a una persona ligada a la defensa de los DDHH como Vladimiro Huaroc e incluso detalles más sutiles como el hecho de titular el 1er Capítulo de su Plan de Gobierno “Derechos Fundamentales y Dignidad de las Personas”; (2) tratar de desligarse del pasado oscuro fujimorista, al señalar que en el gobierno de su padre se cometieron “errores y delitos”, podar su lista congresal de casi todos los representantes de la “vieja guardia” como gesto de renovación (el más radioactivo de ellos era Aguinaga ya que si él era candidato, las acusaciones por las esterilizaciones forzadas iban a ser pan de cada día), poner con el importante n°2 de su lista en Lima a la ex Procuradora Anticorrupción, Yeni Vilcatoma (para lavarle la cara con lejía al fujimorismo y limpiarse la mancha de corrupción); y (3) cambiar la estrategia comunicativa, al sustituir el polo naranja por el blanco que es un color más neutral y que inspira más confianza.

Por otro lado, PPK si bien es un candidato que tiene un buen equipo técnico detrás y cuenta con una experiencia considerable para asumir el cargo de presidente, políticamente hablando, no es el mejor de los candidatos.

Por ejemplo, a sabiendas de que la edad será uno de los argumentos que jugarán en su contra, tuvo la mala suerte de sufrir un ataque de tos en el CADE lo que dio la imagen a la población de no tener una buena salud. Asimismo, sus constantes cambios de posición sobre algunos temas puntuales tales como su postura sobre la “Ley Pulpín” o su mal manejo de su renuncia de la nacionalidad estadounidense, han mellado su credibilidad. Adicionalmente, y para su mala suerte, surgió Julio Guzmán que le quitó los votos de varios jóvenes.

En mi opinión, él ha pasado de ser la novedad de las elecciones del 2011, a ser un panel más en la calle, para buena parte de la población se ha convertido en un candidato más del elenco estable.

Mientras tanto, César Acuña, es un ejemplo de que no necesariamente el candidato que tiene más dinero es el que tiene más probabilidades de ganar una elección. Él podrá tener “plata como cancha”, pero lo que a él le falta es tener “carisma como cancha” y saber comunicar mejor, atributos que si los tuviera tendría muchas más posibilidades de ser presidente.

Mi teoría es que el subió meteóricamente en las encuestas al inicio, porque si bien él es un político de larguísima trayectoria ya que ha sido congresista, alcalde y gobernador; él es nuevo a nivel de política nacional. Por ende, él pudo posicionarse y ganar parte del voto de las personas que querían una cara nueva.

Sin embargo, la revelación de su sistemática omisión de citas en sus textos académicos y más recientemente el hecho de haber regalado dinero a pobladores en Chosica y a un joven en Piura, han causado una mala impresión en los votantes, lo que se ha visto reflejado en su caída en las encuestas.

Por otro lado, Alan García tiene las elecciones más difíciles de toda su vida. De nada sirve que se cite la ya conocida frase “en anteriores elecciones empezamos bajos y luego remontamos” porque todas las elecciones son diferentes, el remontar ayer no garantiza el remontar mañana.

Ya no estamos en 1985, año en que ganó las elecciones, en esa época el APRA era un partido que siempre se había quedado a punto de llegar al gobierno, esa coyuntura fue aprovechada por un García joven lleno de vitalidad y con un discurso que encandilaba a las masas.

Ya no estamos en 2001, año en que postula a la presidencia por segunda vez, porque como él había vivido por años en el exilio en el extranjero, fue visto por gran parte de la población como el perseguido. Por eso cuando regresó finalmente al Perú pudo presentarse por primera vez frente a una nueva generación de votantes y con su potente oratoria convencerlos al punto de hacer una remontada histórica en poco tiempo y perder las elecciones por poco.

Asimismo, tampoco estamos en el 2006, año en que ganó por segunda vez la presidencia, porque en ese entonces el APRA contaba con 34 alcaldías provinciales que le permitieron tener un mayor respaldo al interior del país.

Sin embargo, ahora estamos en el 2016 y él tiene algo que los demás candidatos no, puede señalar una lista de logros alcanzados en su 2do gobierno como reducir la pobreza en más del 20% y un crecimiento anual de la economía en promedio de 7,5%.

Por ende, para que su mensaje cale en la gente, él tendrá que reinventarse, continuar señalando los logros de su 2do gobierno, rodearse de jóvenes, a los mitines sumarle visitas a los mercados, caminar por las calles; en resumen, hacer una campaña más cercana a la gente.

Entonces en qué quedamos, ¿Alan va o no va? Mi veredicto es que nunca lo den por muerto ni a él ni al APRA o el PPC, porque él es un político hábil y es el candidato de la Alianza Popular que agrupa a los partidos con más historia en el Perú, por eso no nos sorprenda si es que eventualmente repuntan en las encuestas.

Por otro lado, dejo a Julio Guzmán para el final ya que al día de hoy 24 de febrero, recién se admite a trámite su candidatura.

Su estrategia de posicionamiento, ha sido buena, empezó usando las redes sociales con un mensaje de renovación y enfoque en los talentos, que caló en los jóvenes limeños del sector socioeconómico A/B, para luego una vez que esta tarea fue cumplida, tratar de hacerse conocido a nivel nacional, lo cual ha logrado.

Él se vende como una especie de caballero medieval moderno a la caza de dragones representados por los candidatos del elenco estable. Asimismo, lo curioso se promociona como un candidato que no es “más de lo mismo”, lo cual solemos tener en nuestras elecciones, solo que en su versión candidato antisistema de izquierda; él sería ahora el “no más de lo mismo” versión tecnócrata.

Asimismo, hay otro pequeño gran detalle a considerar, hasta hace poco ni siquiera se sabía si podía ser candidato. Al margen de todas las leguleyadas abogadiles, algo sí puedo decirles, ya que el JNE permitió participar a Julio Guzmán, él se verá fortalecido por toda la victimización que seguro se encargará de maximizar (prepárense para las marchas, vigilias, discursos, etc). Esperemos entonces si es que este efecto le dura y si se presentan tachas en su contra.

Finalmente, ¿a Keiko le alcanzará la reducción de su anti voto para ganar en segunda vuelta? ¿PPK podrá recuperar la novedad y encanto de su campaña pasada? ¿Acuña podrá driblear su rosario de acusaciones y salir sin moretones? ¿Alan podrá hacer otra más de sus increíbles remontadas? ¿Julio Guzmán siquiera será candidato?

Yo sé que suena a cliché, pero me llamo Franco y le haré honor a mi nombre, francamente, cualquier cosa puede pasar y no quiero ser un inquilino más del cementerio de analistas, columnistas, chamanes y opinólogos que se equivocan una y otra vez vaticinando el resultado de las elecciones.

Entonces, ¿quién será presidente?, eso se lo dejo a los votantes.

Lima, 24 de febrero de 2016.


Escrito por

Franco Germaná Inga

Indignado y optimista.


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