Acusaciones, mandadas al carajo, publicherries groseramente evidentes, discursos, propuestas serias, propuestas no tan serias, diagnósticos de crisis inminente, aparición de salvadores… todas estas cosas puedo esperar de un proceso electoral, mas no que estando a menos de 30 días de las elecciones, aun no sepamos con certeza quienes serán los candidatos presidenciales.

¿Estás igual de molesto que yo? ¿No sabes por qué el JNE excluyó a Acuña y a Guzmán? Bien, esta columna es para ti.

Empecemos por Acuña y aprovecho para hacer un aviso de servicio público a la comunidad: no siempre el candidato con más plata gana las elecciones.

Él habrá tenido “plata como cancha”, pero lo que le faltó fue tener “carisma como cancha” y saber comunicar mejor, atributos que hubieran incrementado sus posibilidades de ganar.

De más está decir, que un buen abogado no le hubiera caído mal, dado a que es inexplicable cómo un político experimentado puede regalar dinero en plena campaña y esperar quedar impune, cuando está expresamente señalado en la Ley que esto se sanciona con la exclusión del proceso electoral.

Sobre su campaña, opino que él subió meteóricamente en las encuestas al inicio, porque si bien es un político de larguísima trayectoria ya que ha sido congresista, alcalde y gobernador; era nuevo a nivel de política nacional. Por ende, pudo posicionarse y ganar parte del voto de quienes querían una cara nueva.

Sin embargo, su sistemática omisión de citas en sus publicaciones, sumado al haber regalado dinero a pobladores en Chosica y a un joven en Piura, causaron una mala impresión en los votantes y en el JNE que terminó excluyéndolo.

Por otro lado, de Guzmán se dijo de todo, desde que era la nueva opción que venía para acabar con los dinosaurios, hasta que era el candidato secreto de Palacio.

En concreto, él fue excluido aunque no quiera reconocerlo, aún está en etapa de negación.

El JNE lo hizo, ya que Todos Por el Perú vulneró sus normas de democracia interna al conformar la plancha presidencial que lo llevaba como candidato.

Respecto a su campaña, su estrategia de posicionamiento fue buena, comenzó usando las redes sociales con un mensaje de renovación que caló en los jóvenes limeños del sector socioeconómico A/B, para luego tratar de hacerse conocido a nivel nacional, lo cual logró.

Asimismo, curiosamente se promocionaba como el candidato “no más de lo mismo”, lo cual solemos tener en nuestras elecciones, solo que en su versión candidato antisistema de izquierda; él trató de ser el “no más de lo mismo” versión tecnócrata.

En cuanto a estas elecciones se refiere, ambos pronto serán periódicos de ayer y espero que eso permita que el enfoque se centre en las propuestas de los candidatos que quedan.

Eso me lleva a preguntarme, ¿Quién captará los votos de ambos? ¿Se habrán calmado las aguas? ¿Sabremos algún día quiénes son los candidatos?

Sé que suena a cliché, pero me llamo Franco y le haré honor a mi nombre, francamente, cualquier cosa puede pasar y no quiero ser un inquilino más del cementerio de analistas, columnistas, chamanes y opinólogos que se equivocan una y otra vez vaticinando el devenir de las elecciones.

Entonces, ¿quién será presidente?, eso se lo dejo a los votantes.